Berlín I – Los imprescindibles

Nuestra visita a Berlín empieza pronto por la mañana, el avión desde Madrid aterrizó a las 9 y no hay que perder tiempo. La capital alemana será nuestra casa por 5 días y hay que disfrutarla como se merece.

BERLIN 01 MAPA

Nuestro primer paseo por Berlín empieza por la famosa Alexanderplatz (1), la plaza más turística de la ciudad, que alberga la Torre de la Televisión y el Reloj Mundial. Aunque a finales de la guerra la zona estuvo completamente desolada por los bombardeos, durante las casi tres décadas en las que Berlín estuvo dividida, Alexanderplatz fue el centro del Berlín Oriental. En los años 60, como parte de su plan para reformar su sector de la ciudad, la República Democrática Alemana amplió Alexanderplatz y la hizo peatonal. Resultado de imagen de AlexanderplatzEl acontecimiento más importante acaecido en Alexanderplatz fueron las protestas del 4 de noviembre de 1989. Ese día, medio millón de personas se manifestaron contra el gobierno comunista. Cinco días después, el 9 de noviembre, el gobierno anunció la libertad para cruzar el Muro de Berlín. En la plaza original, además de algunos bares y de la Galería Kaufhof, un centro comercial al más puro estilo «Corte Inglés», hay que fijarse en el Reloj Mundial, que señala la hora de todas las ciudades del mundo, y en la Fuente de la Amistad entre los Pueblos.

En la plaza ajardinada de la parte oeste de la torre se pueden destacar tres interesantes monumentos: la Iglesia Marienkirche, construida en 1380, la Fuente de Neptuno y el Ayuntamiento Rojo (2) que, aunque fue utilizado por el gobierno, el nombre proviene del color de su ladrillo.

Desde Alexanderplatz parten las grandes avenidas construidas durante la época comunista. Y nosotros decidimos coger justo uno de estas grandes avenidas que volverá a aparecer muchas veces en esta guía de Berlín, la Unter den Linden (8). La extensa avenida constituyó una parte importante en la vida cultural berlinesa hasta la llegada de la II Guerra Mundial; después de 1945, la mayor parte de sus edificios se encontraban en ruinas, atrapados en el sector oriental bajo el dominio de la República Democrática Alemana. Después de la caída del Muro de Berlín, con la llegada de la reunificación, Unter den Linden recuperó su lugar como una de las calles favoritas de la ciudad. A lo largo del kilómetro y medio por el que se prolonga el bulevar que va desde la Puerta de Brandenburgo hasta Schlossbrücke (Puente del Castillo), se pueden contemplar gran parte de los edificios más importantes de Berlín, tanto desde el punto de vista turístico como arquitectónico. Comenzando con Alexanderplatz y la enorme Torre de la Televisión, Unter den Linden abre la puerta con la impresionante Catedral de Berlin (3) que se ubica en la famosa Isla de los Museos (4) de la que hablaremos en un artículo a parte. Atravesando el Schlossbrucke se llega al imponente edificio de la Nueva Guardia (5), la Bebelplatzacompañada por el edificio de la Ópera de Berlin, la Universidad Humboldt (6) y la Catedral Catolica de Santa Eduvigis. Y para acabar esta grande avenida la guinda al pastel, la Puerta de Brandenburgo y su amplia Pariser Platz.

Pero volviendo un poco atrás hay que escribir unas lineas sobre la Bebelplatz (7). Resultado de imagen de BebelplatzLa plaza es conocida debido a los acontecimientos que tuvieron lugar la noche del 10 de mayo de 1933, cuando fue el escenario de una gran hoguera en la que se quemaron miles de libros de algunos autores censurados por los nazis, como Karl Marx, Heinrich Heine o Sigmund Freud. Resulta curiosa una frase tomada de un libro de Heinrich Heine, escrito en el año 1817 (más de 100 años atrás), en el que dice: «Eso sólo fue un preludio, ahí donde se queman libros, se terminan quemando también personas». En el centro de la plaza se puede ver una losa de cristal que cubre una estantería vacía, un monumento en memoria de la quema de libros de 1933. El tamaño de la estantería es el que debían ocupar los libros quemados aquella trágica noche.

Ahora si hemos llegado a la famosa Pariser Platz con la Puerta de Brandenburgo (9). Conocida hasta 1814 como Viereck (la plaza), tras la caída de las tropas napoleónicas pasó a llamarse Plaza de París. Durante los últimos años de la Segunda Guerra Mundial los edificios de la plaza acabaron destruidos por los bombardeos, quedando en pie solamente la Puerta de Brandenburgo. Resultado de imagen de Puerta de BrandenburgoTras la guerra, llegó la construcción del Muro de Berlín que terminó destruyendo completamente la plaza, dejando que se convirtiera en parte de la zona de la muerte tras el muro. En 1990, tras la reunificación, se decidió reconstruir la Plaza de París, incluyendo el prestigioso Hotel Adlon, para formar el perfecto conjunto arquitectónico que acompaña a la Puerta de Brandenburgo. La Puerta de Brandeburgo (Brandenburger Tor) es una de las antiguas puertas de entrada a Berlín además de uno de los símbolos más importantes de la ciudad. Inaugurada en 1791 junto a la Pariser Platz, la Puerta de Brandeburgo es un símbolo del triunfo de la paz sobre las armas. Se trata de una enorme construcción de 26 metros de alto que, con su estilo neoclásico, recuerda a las construcciones de la Acrópolis de Atenas. En 1795, el monumento fue coronado con una cuadriga de cobre que representa a la Diosa de la Victoria en un carro tirado por cuatro caballos en dirección a la ciudad. Tras su construcción, la Puerta de Brandeburgo gozó del esplendor que le correspondía viendo pasar bajo sus arcos a los miembros de la realeza, las tropas de Napoleón y presenciando algunos desfiles nazis. En 1956, ambas partes de la ciudad dividida aunaron sus fuerzas para la reconstrucción de la puerta. Fue en 1961, tras la construcción del Muro de Berlín, cuando la puerta quedó perdida en tierra de nadie, atrapada entre el este y el oeste, sin que prácticamente nadie tuviera acceso a ella.

La Puerta de Brandeburgo se encuentra a escasa distancia de algunos otros lugares emblemáticos de la ciudad, como son el edificio del Parlamento, Pariser Platz o la Potsdamer Platz. Como el edificio del Parlamento lo tenemos programado para otro día decidimos ir hacia la izquierda donde nos espera una de las obras arquitectónicas más impactantes y importantes de la ciudad, el Monumento al Holocausto de Berlín (10). 2.711 bloques de hormigón de diferentes alturas forman esta joya arquitectónica en memoria de los judíos asesinados en Europa, recuerdo de uno de los episodios más oscuros de la humanidad. Desde el sureste del monumento, se puede acceder a un espacio subterráneo en el que se ubica el centro de información.  Resultado de imagen de Monumento al Holocausto de BerlínLa visita al centro de información es gratuita y comienza con un repaso a la política nacionalsocialista de exterminio llevada a cabo entre 1933 y 1945. En la siguiente parte de la exposición, se pueden leer los testimonios de algunas personas además de la historia de diferentes familias antes, durante y después de la persecución. Una de las salas más impactantes, es la que muestra sus paredes cubiertas con los nombres y años de nacimiento y muerte de las víctimas del holocausto. La lectura de los nombres y biografías de la forma en la que se presentan, podría durar más de 6 años.

El Monumento al Holocausto provoca una gran diversidad de opiniones entre sus visitantes. Para algunos, es una experiencia impresionante recorrer los pasillos rodeado por losas más altas cada vez y, para otros, se trata de un lugar bastante feo que ver. Sea cual sea el resultado de la visita, lo que está claro es que el monumento es una parada obligatoria para todos los turistas que, sin hacer caso de lo que les cuenten, deben crearse su propia opinión.

El tour por los imprescindibles acaba en la modernisima Potsdamer Platz (11), una de las plazas más bulliciosas de Berlín que en el pasado quedó arrasada durante la Segunda Guerra Mundial y partida en dos por el Muro de Berlín. Resultado de imagen de Potsdamer PlatzHoy en día, la plaza completamente reformada vuelve a brillar con el esplendor anterior a la guerra. Potsdamer Platz fue el lugar del desarrollo de una densa actividad comercial y cultural durante el siglo XIX y aún se conservan algunos restos de esa evolución, como es el primer semáforo de toda Europa, que funcionaba manualmente. Tras la guerra y la posterior construcción del Muro, la destrozada Potsdamer Platz se convirtió en un terreno vacío olvidado junto a éste. Fue tras la caída del Muro de Berlín cuando la plaza se convirtió en una atractiva área urbanizable que los arquitectos utilizaron para edificar una serie de edificios representativos del nuevo Berlín unificado. En la plaza también se conservan algunos restos del lujoso Grand Hotel Esplanade del que sólo pudo salvarse un 10% tras el paso de la II Guerra Mundial. En la entrada del Sony Center  (12) desde Postdamer Platz se puede ver parte de la fachada del hotel y algunas habitaciones que representan el modo de vida de la alta clase de Berlín antes de la guerra. Aunque aún se conservan algunos restos del muro para su recuerdo, la plaza fue reconstruida recientemente para pasar a formar parte del Berlín moderno. El Sony Center se caracteriza por su enorme cúpula de cristal y acero iluminada con luces de colores cambiantes. Esta cúpula, obra de Helmut Jahn, constituye un cobijo para gran cantidad de berlineses y turistas que se agolpan en sus terrazas y restaurantes.

La plaza está situada bastante cerca de la Puerta de Brandenburgo y resulta entretenido recorrer ese corto camino a pie, siguiendo la brecha del suelo que marca el camino que recorría el Muro de Berlín. Nuestro tour acaba en esta fantástica plaza desde donde, ademas, se pueden coger varias lineas de metro y de cercanías para llegar a cualquier parte de la ciudad. Y decir también que a través de Civitatis se puede reservar un free tour en español que suele empezar a las 16 delante de la Puerta de Brandenburgo. Es absolutamente recomendable porque te van explicando la historia de la ciudad y para el primer día creemos que es necesario saber que pasó en esta increíble ciudad para que luego, en los siguientes días, podáis entender mejor todo. Próxima parada, Isla de los museos!

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